martes, 28 de junio de 2011

#NoAlCanon



(Clic en la imagen para verla en grande)

Ponerle un coto a la libre circulación de la cultura es cobrar por adelantado "por las dudas" y desconocer un contexto completo de fugas del sistema. Es poner una barrera gigante ante una situación que se escapa de las manos, que no se puede controlar porque ya no es controlable. Cuánto más van a negarse a asumir una situación que "ya es", un contexto cambiante ante el que no queda otra que redefinir y replantear la estrategia.
Cobrar impuestos es la salida cómoda y conveniente para unos pocos, y no se ilusionen, que los autores seguiran igual de perjudicados (si es que de hecho lo estan) y lo recaudado irá a parar a cualquier otro bolsillo, pero en el camino esperanzarán a más de uno para ganar su apoyo.
El mundo ya cambió. Es hora que lo entiendan.

lunes, 6 de junio de 2011

Sumando...

Que la televisión no es el único espacio en el que se consumen los contenidos, es ya una realidad evidente hace rato. A cada paso van multiplicandose los casos en los que las audiencias en las pantallas alternativas superan a las obtenidas en la emisión original (Capusotto es ya legendario como ejemplo de esto, pero a ello se suman las emisiones de programas que cobran trascendencia en las redes tras su emisión en la pantalla, y son recuperados por los cibernautas para su consumo posterior a los comentarios).

Lo novedoso en este caso, es que pareciera que las industrias se estan percatando de esto y desarrollando modos de medir esto, a los fines de negociar las pautas publicitarias (millonarias en muchos casos). Lo que esto permitiría sería reubicar los diferentes contenidos en los rankings a partir de considerar los visionados alternativos y las menciones en redes sociales.

La empresa Optimedia US es una de las que empezaron a tener en cuenta en sus mediciones las audiencias en TV, Internet y móviles, y comenzaron a incluir a las redes sociales en sus índices, ya que las menciones en Facebook y Twitter hacen que más personas miren.

Aca un interesante informe de Optimedia-US
sobre mediciones de los programas "extra televisivos" y una nota sobre este tema en El cronista

miércoles, 1 de junio de 2011

Cine a la carta

Que las pantallas se han multiplicado, no es ninguna novedad. Lejos, lejísimos de necesitar sentarnos frente al tv, los contenidos audiovisuales, afloran por cuanta pantalla se cruce a nuestro paso. De allí que las grandes productoras, precisen buscar nuevos nichos de mercado, en los que lucrar con sus productos: películas, series, etc. Esgrimiendo la bandera de la legalidad, buscan hacer frente a las descargas, streaming, y demás posibilidades online “fuera de la ley”.

El caso más legendario, por precursor y por abarcativo, es el de Netflix. Se trata de una plataforma de video que ofrece streaming de películas y series “de modo legal”, previo pago de una cuota mensual de suscripción. Se fundó en California en 1997 como un videoclub que enviaba a sus socios, dvd´s ilimitados de su catálogo en línea. A cambio de su cuota, el usuario visitaba el catálogo online, elegía que mirar, y lo pedía. Así días más tarde recibía por correo el dvd correspondiente. Sin embargo, el gran golpe fue dado con la “mudanza” a las nubes: la visualización vía streaming. A pesar de que la modalidad original se mantenga, solo sirve para comprobar su decadencia en comparación con la rápida popularización del servicio mediante banda ancha. Dado su paulatino éxito, se le atribuye a Netflix el ser el lapidario de la cadena Blockbuster (cadena global de videoclubes).

A cambio de su cuota, de solo U$S 7,99 (alrededor de $35), el usuario puede consumir ilimitadamente los contenidos audiovisuales disponibles en el catálogo. Con más de 20 millones de usuarios entre Estados Unidos y Canadá, lidera su mercado con un catálogo de 100.000 productos. Este, además de ser actualizado constantemente, brinda las posibilidades de “sugerencias”, rankings de “más vistos”, o incluso crear “colas”. El usuario puede consumirlos en streaming (sin descargarlos) cuando y donde quiera, en el televisor, la pc, la tableta, y hasta el Smartphone.

En nuestro país, si bien tardaron en darse cuenta de la ola que se avecina, las empresas están despertándose de su letargo y comenzando a pensar alternativas dentro de esta línea para ofrecer a sus clientes. No es un mercado nada despreciable si se tiene en cuenta la dimensión que puede alcanzar, sobre todo en miras de las alternativas que se están implementando cada vez más por fuera de los mercados tradicionales.

El primer caso, es el de Moviecity play, la propuesta de Cablevisión y Movie city, de la mano de LAPTV (Latin American Pay Televisión Service, sociedad que controla las señales del pack Premium de Moviecity en Latinoamérica). Así, Cablevisión se convierte en el primer operador de TV Paga de Latinoamérica que acerca un servicio mediante el cual se pueden ver los contenidos de Moviecity por Internet, de allí que esté disponible en tiempo y lugar a gusto del consumidor (dentro de los límites de Latinoamérica), y también diversidad de dispositivos (siempre y cuando sean puntos de acceso a internet).

El funcionamiento es simple. El cliente de Cablevisión, que contrata el pack Premium (ojo, no cualquiera) a través de su usuario de la sucursal virtual (requiere que el usuario esté inscripto en el sistema Sucursal Móvil de Cablevisión Argentina), puede acceder a los títulos ofrecidos por las señales del paquete Premium de Moviecity en su página web: series, películas, conciertos, documentales, etc y directamente consumirlos a su gusto.

Este sistema ofrecerá entre 300 y 350 títulos, entre ellos, 100 estrenos, disponibles 48hs después de su primera emisión (en el canal de cable supongo).

La otra jugada local es On Video, la propuesta de Telefónica. Más cercano a Netflix (casi igual podría decir), la propuesta es un videoclub online exclusivo para los clientes de Speedy (su banda ancha). De la misma manera que su hermano californiano, este sistema funciona por una suscripción de $40 , con lo que se accede a un catálogo de series, películas y documentales.

La ventaja que este servicio supone, y en lo que da un paso adelante frente a las otras versiones, es la posibilidad de ser utilizado desde una pc, laptob, netbook, pero agrega el uso desde un televisor convencional. Esto es un golazo a la hora de abarcar a todo el mercado de los que quieren consumir contenidos bajo demanda, desde la comodidad de un living, pero sin tener la última tecnología. Para esto se vale de la conexión wifi, brindada mediante un adaptador que se entregara en comodato a los clientes junto con su cuota de abono.

Prometen ofrecer cerca de 1000 títulos rotativos disponibles las 24hs en su primera etapa. Entre ellos se incluyen videoclips, recitales, series y tres estrenos mensuales, los cuales se abonarán por separado, en un valor que va de los 8 a los 15 pesos (otra diferencia con el tío yanqui). No obstante, los usuarios podrán ver, con el abono, dos películas Premium. El único requisito es poseer una conexión mínima de 1 mega (de Speedy, obvio).

Sin embargo, en nuestro país, uno de los principales competidores puede llegar a ser nuestro querido y nunca bien ponderado, Cuevana. Con sus 250.000 usuarios, accediendo gratuitamente a series y películas, si bien fuera de la ley, se impone como un adversario de peso a las opciones pagas. Más allá de que los públicos que usan una u otra opción probablemente sean distintos (que ya de por sí, son bastante sesgadas a una fracción del mercado: el usuario de cablevisión Premium y el usuario de Speedy), creo que Cuevana, en última instancia, es un modelo a tener en cuenta dentro de las estrategias de mercado de las compañías que ofrecen estos servicios de pago. Es la versión libre de Netflix, y quizás cercana a On video, con el salvataje de que más de uno reniega de tener un super plasma y ver películas en las 20 pulgadas del monitor de la PC, a causa de Cuevana. Moviecity play, prácticamente queda fuera de competencia, ya que a mi entender, solo se limita a mirar el mismo canal que paga para la tele, en la PC, manejando a gusto los tiempos y espacios.

Si tengo que elegir, no es ningun misterio, sigo bancando a Cuevana, y miro con contemplación a On Video... si me convence, lo pienso...